12 de septiembre de 2009

¿Sabes? me cuesta adaptarme a los cambios. No es que no me gusten, incluso algunos de ellos, no todos, me motivan y me ilusionan, hasta que llega algún problema que no se solucionar o, por resaltar aun más lo vago que soy, que no se si voy poder solucionar. Entonces me da por bajar los brazos, mirar para otro lado, esconderme... en fin, huir del problema.
Hay días en los que me siento una persona más. No me siento especial, como si no fuese nadie. Me da la sensación de no haber hecho nada grande en la vida a causa de ser tan inseguro.
Pero hoy no es ese día.
Porque hay días en los que duermo bien, me despierto con energía y resuelvo todo cuanto me da tiempo a solucionar. ¿Que cambia algo y aparece un problema? pues se asume y se acepta el problema, se aprende de los errores y se empieza a trabajar para subsanarlo todo y adaptarse a la nueva situación. Hay días que se me quedan cortos, porque voy sobrado.
Y hoy sí es ese día.



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