26 de noviembre de 2010

Invisible.

Apagó la luz y se sumergió en la oscuridad de la noche. El coche recorría las calles de la ciudad como un fastasma deambula por los pasillos de un viejo caserón.
Se sentía invisible.

3 comentarios:

  1. Perdona, Manulillo (aunque aquí el nombre sea original te quedas con el otro, sorry)
    Sí, entré el mismo día que te pregunté. El último era "Un hermoso defecto", pero llevaba varios dias y no tenía mucho que decir.
    Esperaba otros posteriores para entrar, aunque hace unos días el link de tu nombre parecía desactivado.
    Escribes, bien. La historia esta que cuentas por partes intentaré leerla desde el principio. Hasta ahora la falta de tiempo (El Desco consume mucho, como hoy) y una cierta vagancia me lo han impedido pero quiero corregirlo, prometido.

    Un abrazo

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  2. Esto de seguir la pista de unos y otros no tiene fin.

    Qué bonito lo que escribes, Manulillo. Es un microcuento precioso.

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  3. no me guste esa sensación aunque a veces la busque

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