Las cicatrices del único árbol que quedaba en el mundo contaban historias sobre las peleas entre gigantes, entre monstruos iracundos y despreocupados que no veían más allá de sus propias narices. Monstruos derrotados por sí mismos, monstruos que terminaron por creerse sus propias mentiras.
Foto. "Duelo a garrotazos", Goya.
ResponderEliminarGracias guapo! Que es de tu vida? A ver si coincidimos y me cuentas
ResponderEliminartriste
ResponderEliminar"...y por destruirse"
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